«Las evidencias muestran que los entornos de estimulación especialmente diseñados para personas con deterioro cognitivo pueden mantener, e incluso incrementar, su nivel de funcionalidad. Hasta ahora, se había puesto poco énfasis en el papel protésico que desempeñan en este sentido los ambientes exteriores. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que el uso de entornos exteriores ha logrado reducir los incidentes de comportamiento agresivo en pacientes con deterioro cognitivo».
Mooney, P., Nicell, L. (1992). The importance of exterior environment for Alzheimer residents: Effective care and risk management. Healthcare Management Forum, 5(2), 23-29.
“Este tipo de intervenciones no farmacológicas mejoran el bienestar y afectan y reducen la aparición de conductas disruptivas. Además, el uso de drogas psicotrópicas, los incidentes de caídas graves, el sueño y sus patrones también parecen mejorar”.
Gonzalez M, Kirkevold M. (2013). Benefits of sensory garden and horticultural activities in dementia care: a modified scoping review. Journal of Clinical Nursing, 23(19-20) 2698-2715.