
Las alternativas a las residencias de mayores son ya el presente, no el futuro
Lamentablemente, uno de los sectores más golpeados durante la pandemia de COVID-19 han sido nuestros mayores. Y no cabe duda de que este hecho ha puesto de relieve algo que muchos expertos llevan tiempo advirtiendo: es hora de buscar alternativas a las residencias de ancianos y mayores.
Si bien las personas mayores y las personas con patologías de salud se encuentran más expuestas a enfermar gravemente por enfermedades como el coronavirus, existen otras razones de fondo por las que esta crisis sanitaria ha afectado más a las residencias de ancianos. Son algunos de estos motivos los que han replanteado un debate que debe tratarse profundamente. Y es que, como afirma el CEO de Simbiotia Albert Cervera, abordar las alternativas adaptadas al envejecimiento de nuestros mayores es ya uno de los grandes retos del siglo XXI.
Es por ello que en el post de hoy seguiremos hablándote sobre las diferentes opciones que puede ofrecer hoy en día (y en el futuro) nuestra sociedad para el cuidado de los mayores.
Por qué es necesario implantar ya alternativas a las residencias de ancianos
En los últimos tiempos todos hemos experimentado lo que implica vivir encerrados en un espacio, sin poder salir o teniendo que ajustarnos a unos determinados horarios por circunstancias ajenas a nosotros. También nos hemos tenido que adaptar a vivir en unas condiciones de habitabilidad que no son acordes a nuestras necesidades laborales, de ocio o de socialización. Sin acceso al exterior, con falta de intimidad, etc. En resumen, nos hemos dado cuenta en primerísima persona de lo importante que son los espacios y el entorno que nos rodea en tener una buena calidad de vida.
Hace ya mucho tiempo que en diversas disciplinas se estudia como un elemento esencial la relación entre las personas y el entorno. Sin embargo, no es hasta los años 70 cuando se comienza a estudiar el impacto que el entorno y los espacios tienen en el proceso de envejecimiento. Gracias a las investigaciones y a las evidencias constatadas se podido ir conociendo más sobre el papel que tiene el diseño en el bienestar de las personas. No obstante, no parece que se haya avanzado mucho en cuanto a las soluciones que ofrecemos a las personas mayores. Y es que, por encima de todo, en la actualidad aún siguen primando modelos de atención a la tercera edad basados en ambientes hospitalarios y que no se centran en la persona.
Tampoco parece que hayamos entendido realmente como ha cambiado la sociedad en general y, sobre todo, las personas que viven en las residencias. Los datos no mienten y son bien claros. Mientras que en 1981 la edad media de los residentes era de 76 años, en 1996 subía a 81 y, 2019, a 86 años. No cabe duda de que las generaciones que actualmente andan por los 50 o 60 años ya son conocedores de las alternativas que existen a las residencias de mayores, por lo que van a requerir otras formas de cuidados.
En realidad, se trata de un reto apasionante, pero también de una gran oportunidad. Y es que, realmente, se hace muy necesario cambiar tanto las políticas públicas como las privadas en la atención a los mayores y pasar desde la perspectiva asistencial actual, a un enfoque centrado en los derechos de las personas y en la humanización.
Por fortuna, estas alternativas son cada vez menos anecdóticas. Cada vez más instituciones públicas, privadas y diversas organizaciones comienzan a tener iniciativas de futuro que van en el sentido adecuado y comienzan a ofrecer otras opciones más allá del modelo tradicional de residencia. Por eso, en el post de hoy (el segundo de la serie) queremos profundizar más sobre todas las alternativas a las residencias de mayores que existen.
Estas son las alternativas a las residencias de mayores que deberían estar ya implantándose
Antes de hablar sobre las diferentes opciones que podemos brindar hoy en día a nuestros mayores, es importante tener en cuenta que a la hora de poner en marcha un enfoque más humano en el cuidado de la tercera edad, hay que tener en cuenta que el colectivo de residentes es de lo más heterogéneo. No todos tienen las mismas necesidades ni el mismo ritmo de vida ni las mismas prioridades. De ahí la importancia de ofrecer una atención centrada en las personas y adaptada a ellas.
No cabe duda de que es necesario cambiar de modelo, pero ¿hacia dónde? Todos los expertos coinciden en una frase que viene sonando cada vez más fuerte desde hace años: la Atención Centrada en la Persona. Un cambio de perspectiva que prioriza el cuidado de las personas teniendo en cuenta su identidad, su trayectoria vital, y su desarrollo personal. Y que facilita al mismo tiempo la realización personal con independencia de las propias limitaciones que acarrea el envejecimiento. En esencia, hacer que el entorno se adapte a las circunstancias de las personas mayores y no que éstas sean las que tengan que adaptarse.
Dentro de la gran variedad de fórmulas que pueden ajustarse a esta situación, existen varias alternativas a las residencias de mayores que deberían florecer en los próximos años. A continuación, te contamos más sobre ellas.
Atención domiciliaria integral
Muchos estudios lo han constatado una y otra vez: a la mayoría de personas les gustaría envejecer en su casa. Es por ello que la atención domiciliaria con servicios sociales y sanitarios se presenta como una de las mejores alternativas a las residencias de mayores. Se trata de un modelo que permite aprovechar todas las posibilidades de la tecnología más allá de la teleasistencia convencional, ya que también puede valerse de la domótica y la telemedicina.
Pero para que este modelo sea posible es necesario cambiar también el enfoque de la ayuda a domicilio actual. La clave, en nuestra opinión, está en implicar a todos y cada uno de los actores: familias, servicios sociales, atención primaria, el sector del empleo del hogar, el voluntariado, las iniciativas de participación comunitaria, etc. En definitiva, utilizar todos los recursos públicos y privados que funcionan de manera independiente de manera coordinada.
Cohousing
Este enfoque de vida independiente está basado en comunidades de casas privadas agrupadas en torno a un espacio compartido. Cada uno de los miembros de la comunidad es financieramente independiente, pero comparten la responsabilidad de administrar el vecindario y todos participan en la toma de decisiones.
Habitualmente hay un espacio común, una casa o apartamento separado equipado con cocina, lavandería, comedor y otros servicios. Allí los residentes pueden reunirse para comer juntos o tener momentos de ocio. Este modelo, que potencia la sociabilidad y las responsabilidades comunitarias compartidas, está comenzando a dar sus primeros pasos en España de la mano de varias asociaciones y será cada vez más popular debido a sus innumerables ventajas.
Green Care Farms
Estos espacios están comenzando a florecer en diversas partes de Europa al posicionarse como una excelente alternativa a las tradicionales residencias de mayores. Las Green Care Farms (Granjas de Cuidado en español) combinan la producción agrícola, ganadera y forestal de las granjas con el cuidado de la salud gracias a personal especializado.
Estas granjas fueron concebidas, en un primer momento, para brindar ayuda a personas con problemas mentales, adicciones o jóvenes con problemas de conducta. Pero ha sido tal su éxito que su uso se está extendiendo al cuidado de las personas con problemas de demencia y, además, también están despertando gran interés entre los que buscan nuevas alternativas a las residencias de ancianos.
Las Green Care Farms fueron creadas primero en Holanda y Noruega a principios de los 2.000. Sin embargo, están surgiendo iniciativas en todo el mundo y cada vez más personas están interesadas en implantar estos programas terapéuticos debido a sus evidentes beneficios. Además de la exposición al aire fresco y el contacto con la naturaleza, estas granjas permiten a los mayores tomar parte en actividades que les hacen sentirse realizados, tener más relaciones sociales y mantenerse físicamente activos. Además, estos espacios son realmente útiles para ayudar a mitigar enfermedades como la depresión o reducir los niveles de estrés.
Estos proyectos ofrecen también otras ventajas diferenciales respecto a las residencias convencionales. Y es que los usuarios pueden realizar actividades como caminar al aire libre, el cuidado de plantas o la cocina, además de otras actividades más estimulantes como la alimentación de los animales, la realización de manualidades o incluso pequeñas tareas de bricolaje. En definitiva, actividades con propósito que conectan a sus usuarios con la comunidad, brindando al mismo tiempo un respiro muy necesario a los cuidadores.
Comunidades intergeneracionales
Durante los últimos años, la vida multigeneracional ha experimentado un crecimiento sostenido. Lo demuestran datos tan elocuentes como que casi la mitad de los españoles que compran una casa lo hacen considerando la posibilidad de alojar a sus progenitores en el futuro. Sin embargo, el concepto de viviendas multigeneracionales no se refiere a esta casuística, sino al concepto de alojamiento intergeneracional, un tipo
Estas viviendas intergeneracionales surgen hace más de dos décadas en algunos países europeos entre muchas personas de 50 a 60 años que buscaban una alternativa a las residencias de ancianos. Una tercera vía que evitase las desventajas de vivir solo en casa y las de convivir acompañados en residencias únicamente con otras personas mayores.
En las soluciones residenciales intergeneracionales, personas de diferentes edades conviven en una misma vivienda o edificio, con un espacio particular para tener más intimidad, pero también con espacios comunes como jardines, patios, comedor, salas de reunión, etc. Estos espacios conllevan incontables beneficios que han quedado constatados en varios estudios científicos.
En primer lugar, ayudan a mejorar el estado de salud general de las personas mayores, pero también a establecer relaciones de ayuda mutua entre jóvenes y mayores, aumentando estos últimos su sensación de utilidad y seguridad. Además, brindan a los mayores un rol social ajustado a sus diferentes y heterogéneos perfiles, poniendo en valor sus fortalezas, capacidades y aportaciones.
Dementia Village
Por último, queremos hablaros de un proyecto muy especial que se ha demostrado que puede ser una excelente alternativa a las residencias de ancianos. Dementia Village es una aldea para personas con demencia situada en Weesp, a las afueras de la ciudad holandesa de Amsterdam. En este pueblo que han llamado De Hogeweyk, sus residentes (la mayoría de ellos personas mayores con demencia) viven aparentemente su propia vida, aunque en realidad, se trata de un centro de atención que está supervisado las 24 horas por personal sanitario especializado.
Sin embargo, esto no fue así siempre ya que hasta 1993 Hogewey, la empresa que propietaria del complejo, la gestionaba como una residencia pública convencional. Pero aquel año la directiva decidió repensar su concepto para fomentar el bienestar de los residentes. Empezaron con cosas tan simples como poner un comedor o habilitar el acceso de los ancianos a la cocina para que ayudaran a elaborar la comida. También dividieron a los residentes en diferentes grupos según sus aficiones y se encargaron de fomentar actividades estimulantes.
A raíz de estos cambios, pronto se notaron mejoras en los niveles de estrés, siendo necesaria mucha menos medicación para tratarlos. Los datos hablan por sí solos, ya que de un 50% de fármacos administrados, se pasó a un 8%, según el diario inglés The Economist, lo que presupone una reducción considerable de los síntomas del Alzheimer y otras enfermedades.
Tan buenos resultados dio el proyecto que, en el año 2009, se demolió el viejo edificio y levantaron un nuevo pueblo con todos los servicios necesarios como supermercados, peluquerías y hasta restaurantes, haciendo así que todas las personas con demencia se sientan como un ciudadano más. En definitiva, un lugar en el que sus habitantes pasan sus últimos años con una gran calidad de vida.
En Dementia Village sus residentes eligen la manera conforme a la que quieren vivir. Son personas libres e independientes, que toman sus propias decisiones y que pueden vivir casi de la misma forma que lo hacían antes de sufrir la enfermedad. Así, no resulta extraño que Hogeweyk haya recibido varios premios y sea considerado un ejemplo a seguir del que deberíamos tomar nota.
Las alternativas a las residencias de ancianos ya están aquí
España no tardará muchos años en convertirse en uno de los países más envejecidos del mundo y las futuras generaciones que alcancen su jubilación van a demandar modelos novedosos de atención y cuidados más personalizados. De hecho, ya lo están haciendo y es necesario ofrecerles las mejores alternativas a las residencias de mayores. Estamos, sin duda, ante una oportunidad única de reformular un sector estratégico de cara al futuro.
Si deseas saber más sobre la labor que realizamos ayudando a empresas y organizaciones a transformar paradigmas, puedes visitar la sección de entornos terapéuticos asistenciales, la de Jardines Terapéuticos o la de Planes de Humanización Hospitalaria, donde descubrirás nuestro experimentado equipo de terapeutas específicos y diseñadores. Personas que trabajan en la creación de espacios interiores y exteriores en residencias de mayores, dirigidos según las necesidades de cada proyecto.
Por último, nos gustaría también realizar un llamamiento a todas aquellas organizaciones o instituciones que quieran crear proyectos innovadores y alternativos para el cuidado de las personas mayores. Nos encantaría que contactaseis con nosotros para comenzar a colaborar juntos.
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