
¿Qué es un entorno terapéutico?
El concepto de Entorno Terapéutico comienza a perfilarse cada vez más como una visión más amplia –y no por ello menos efectiva-, de ciertas terapias basadas en la evidencia. Hace pocos días comentamos en nuestro blog un ejemplo de estas experiencias, a través de la revolución que se está produciendo en algunos sectores del mundo asistencial tras la consolidación de la noción de Jardín Terapéutico y la reintroducción de las áreas naturales como herramienta cardinal para el tratamiento, soporte y restablecimiento del paciente ante determinadas patologías. Sin embargo, aunque la interacción directa con la naturaleza al aire libre es el principal reclamo de estas técnicas innovadoras de la asistencia sanitaria, también es cierto que no siempre es posible disponer de grandes entornos exteriores y que, por otra parte, buena parte de nuestras vidas transcurren en estancias interiores que también ameritan nuestra consideración.
Si no conocéis el concepto de biofilia, os recomendamos ver el siguiente vídeo donde se explica el por qué la exposición a entornos naturales tiene un impacto positivo en nuestra salud:
Es por ello que hoy queremos introducir la noción de Entorno Terapéutico como marco global al que se circunscribe el paisajismo asistencial y las terapias basadas en la naturaleza, y para hacerlo nos remitiremos a un ejemplo concreto de cómo la evidencia científica puede –y debe- condicionar el diseño y la creación de nuestros espacios exteriores e interiores.
El milenio estaba recién estrenado cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Boston recopilaba cuantiosos datos sobre la mala ingesta de comida de cientos de residencias geriátricas especializadas en Alzheimer en las que, pese a alentar al paciente a comer, este rechazaba categóricamente los diversos ofrecimientos. De nada servía una oferta culinaria diversa, ni la introducción de fármacos estimuladores del apetito. Año tras año las personas con estados avanzados de Alzheimer perdían el apetito, en paralelo a importantes pérdidas de peso que eran achacadas a la depresión y la incapacidad para concentrarse propias de la enfermedad.
Los investigadores del Laboratorio de Visión y Cognición del Centro de Biopsicología Clínica, comenzaron a sospechar que este comportamiento en los pacientes podría deberse a deficiencias visuales y cognitivas causadas por el Alzheimer, y comenzaron a realizar numerosos experimentos que concluyeron con un hallazgo sorprendente: los pacientes con la enfermedad no pueden procesar algunos datos visuales como el contraste y la percepción profunda. Con lo que, si no eres capaz de ver tu comida ¿cómo vas a ser capaz de comerla?
Este descubrimiento cambiaría las claves del diseño de cualquier Entorno Terapéutico dedicado a esta enfermedad, introduciendo parámetros nuevos que serían capaces de mejorar significativamente la vida de los usuarios, incluyendo a pacientes y al personal asistencial.
¿Y cómo crees que esta investigación afectó al Entorno Terapéutico?
Pues para comenzar, la biopsicóloga Alice Cronin-Golomb –líder del estudio-, implementó el uso de platos rojos como menaje básico para el servicio de comidas, y esta simple maniobra consiguió que los pacientes visualizaran mejor sus alimentos consumiendo hasta un 25% más de comida que con los platos convencionales.
Sorprendente, ¿verdad?
Y la cosa no acabó allí. Desde los descubrimientos del equipo de la Dra. Cronin-Golomb los expertos en diseño de instalaciones especializadas para pacientes con demencia han modificado radicalmente sus criterios de diseño tras comprender que esta evidencia científica condicionaba para siempre su sistema de trabajo.
Ahora bien, tras conocer este fantástico ejemplo definamos de una vez ¿qué es un Entorno Terapéutico?
Pues un Entorno Terapéutico describe a un ambiente cuyas características formales, funcionales y perceptivas son instrumento práctico para la mejora de la calidad física, psicológica y social de la vida de las personas que le habitan. Y para poder ser realmente instrumental –sobre todo en el tratamiento de determinadas enfermedades y trastornos-, un Entorno Terapéutico deberá incorporar los conocimientos producidos durante años de investigación científica almacenados en cientos de bases de datos distribuidas a nivel mundial.
Así pues, un Entorno será Terapéutico en la medida en que haga uso de la evidencia científica para proponer sofisticados diseños sensibles, capaces de dar respuesta a problemáticas reales de uso. Pero además, un Entorno Terapéutico bien diseñado ha de estar realizado pensando específicamente en el usuario final: sus problemas, sus dolencias, su modo de vida e incluso su pasado.
En el siguiente vídeo, te compartimos una selección de 12 estudios científicos sobre los beneficios que tienen la naturaleza en nuestra salud:
Ahora mismo te estarás preguntando, ¿su pasado?
¡Pues si! Numerosos estudios ligados a la Psicología Ambiental demuestran que incorporar elementos de diseño relacionados con las vivencias felices de pacientes con trastornos del ánimo transitorios son capaces de revertir procesos de depresión, ansiedad o duelo.
Es por ello que un buen Entorno Terapéutico ha de conllevar exhaustivos procesos de conocimiento del usuario final, llegando al punto de incluirle en la realización y construcción del ambiente proyectado, todo ello entendido como vía crucial para la construcción de lazos afectivos entre el usuario y su contexto final.
La simple elección de un tono adecuado de color podría afectar sustancialmente al bienestar de una persona, en especial en el marco de trastornos y enfermedades frecuentes. Esto resulta especialmente relevante ante procesos justamente como el de la demencia, el Parkinson, el autismo o ante enfermedades como el cáncer, que asedian a segmentos significativamente elevados de la población mundial.
Y queremos descubrirte también el concepto de Jardines Terapéuticos. Te compartimos en el siguiente vídeo, donde podrás ver todo el proceso y método que utilizamos para realizar el jardín terapéutico en el Hospital en Avilés,. Es de nuestros ejemplos más potentes a la hora de generar entornos terapéuticos:
Además de estos ejemplos, es posible generar Entornos Terapéuticos para marcos bien diversos, que no sólo incluyen a hospitales y centros asistenciales, sino también a centros de rehabilitación física, centros de wellness, hoteles, escuelas, parques públicos, entornos empresariales e incluso tu propio hogar. Y esto se debe a que cualquier contexto es idóneo para implementar técnicas capaces de mejorar el bienestar físico y psicológico, ¡llegando incluso a ser capaz de fomentar la productividad laboral!
Por último y no menos importante, está el hecho de que un Entorno Terapéutico debe estar diseñado por un complejo equipo multidisciplinar, que incluya desde personal de diseño, especialistas en organizaciones, terapeutas específicos según el proyecto e investigadores familiarizados con los repositorios internacionales de datos científicos.
En Simbiotia estamos altamente cualificados para la elaboración de Entornos Terapéuticos y creemos firmemente –basándonos en numerosas evidencias científicas- que a través del uso de la naturaleza el potencial de estos entornos puede ser extraordinario.
Te invitamos a ver el último vídeo que hemos realizado sobre humanización de la asistencia sanitaria, donde te incluimos interesantes ejemplos de entornos terapéuticos a nivel internacional especialmente enfocados al sistema sanitario.
¿Quieres conocer más sobre nuestro alcance? ¡Visita nuestra web y sorpréndete de las posibilidades de los Entornos Terapéuticos en oficinas y para centros de salud !
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Entornos Terapéuticos
En Simbiotia desarrollamos Entornos Terapéuticos de la mano de un equipo experimentado de diseñadores, investigadores y profesionales de la gestión según las necesidades de cada proyecto. Realizamos espacios naturales capaces de restaurar las necesidades físicas, psicológicas y sociales del usuario. ¿Quieres conocernos? No dudes en visitar el apartado de Entornos Terapéuticos disponible en nuestra web.
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